Cansado por mil batallas perdidas,
derrotado y en compañia de mi vida,
pero aún sigo vivo...
aún no está todo perdido.
-Sergi Bosch
Bienvenidos al país sin fronteras
Todo lo escrito rompe las fronteras de la libertad, son muestras de mis sentimientos y la verdad es que lamento que sólo me inspire la tristeza. No obstante, espero que os gusten mis textos/relatos, y si es posible, que os lleven a reflexionar. Un saludo.
jueves, 17 de marzo de 2011
Heroísmo.
Es la debilidad de la fuerza, quiere dejar su lucha pero no está preparado para hacerlo, lo que le lleva a un círculo vicioso de intentar cesar en su empresa del heroísmo para luego recaer ante las circunstancias de la vida… o mejor dicho del amor. ¿Qué pasa cuándo ser buena persona es tu droga? Cuando estás chapado con buenos sentimientos y forjado con buenas intenciones, un corazón que late por una persona aparte de su propietario, con sus defectos.
El guerrero se levanta del suelo, en el que está arrodillado, humillado, suplicaba por una mentalidad diferente, por conseguir la indiferencia ante el mundo y el resto de personas que tanto ansía pero que nunca consigue. Es una de sus muchas batallas internas, es una victoria indefinida, una derrota no muy clara, pero que se provoca por su falta y por su exceso de determinación. Su armadura, llena de grietas y de un aspecto muy humilde no es más que el reflejo de que no es el típico héroe de cuentos para niños, es una persona diferente que sueña con ser normal, es una persona increíble que sueña con ser común, un buen corazón que ansía ser neutral o quizás corrupto. Cansado de su bondad, se mantiene recto, con la espada apoyada en su espalda, su mirada, al igual que su vida, está perdida. Perdida ante una vida de servidumbre a un carácter con el que le ha tocado nacer, un carácter por el que le critican y por el que otras personas viven.
Pero no es un héroe de un cuento de niños, es consciente que nunca será el guerrero portador de un estandarte simbólico de esperanza de los cuentos que le contaba su madre de pequeño.
La hoja de la espada está llena de sangre, reciente, de una batalla que ha tenido lugar hace un par de horas. De ambos ojos, limpiando la ceniza que parcialmente cubre su rostro, el sendero de las lágrimas por las vidas sesgadas es aún una prueba más de cuan diferente es del resto de asesinos con poderes militares. Mentiría al decir que no le importa, que es su trabajo, que es un soldado y que tiene que obedecer, pero también estaría mintiendo si pensara que es lo que más le ocupa la mente, pues en el corazón de cada gran hombre siempre hay una gran mujer. Irónicamente, lucha por el pueblo que la ha condenado a la esclavitud, pero el amor no entiende de razas ni de posiciones sociales. Orgullo, valentía y honor, ojala su rey fuera así, pero no. El máximo dirigente del país le chantajea como quiere con la libertad de su amada, que acostumbrada a su vida de esclava ya se ha olvidado de todo, incluso de su propio derecho a vivir como una mujer libre. Más hecho pedazos que su armadura, está su corazón, pero el guerrero tiene un fuerte motivo por el que luchar, y sus esfuerzos pueden ser la salvación de la vida de ambos; lleva la carga de dos personas en un cuerpo que apenas se sostiene en pie.
Continuará...
-Sergi Bosch
El guerrero se levanta del suelo, en el que está arrodillado, humillado, suplicaba por una mentalidad diferente, por conseguir la indiferencia ante el mundo y el resto de personas que tanto ansía pero que nunca consigue. Es una de sus muchas batallas internas, es una victoria indefinida, una derrota no muy clara, pero que se provoca por su falta y por su exceso de determinación. Su armadura, llena de grietas y de un aspecto muy humilde no es más que el reflejo de que no es el típico héroe de cuentos para niños, es una persona diferente que sueña con ser normal, es una persona increíble que sueña con ser común, un buen corazón que ansía ser neutral o quizás corrupto. Cansado de su bondad, se mantiene recto, con la espada apoyada en su espalda, su mirada, al igual que su vida, está perdida. Perdida ante una vida de servidumbre a un carácter con el que le ha tocado nacer, un carácter por el que le critican y por el que otras personas viven.
Pero no es un héroe de un cuento de niños, es consciente que nunca será el guerrero portador de un estandarte simbólico de esperanza de los cuentos que le contaba su madre de pequeño.
La hoja de la espada está llena de sangre, reciente, de una batalla que ha tenido lugar hace un par de horas. De ambos ojos, limpiando la ceniza que parcialmente cubre su rostro, el sendero de las lágrimas por las vidas sesgadas es aún una prueba más de cuan diferente es del resto de asesinos con poderes militares. Mentiría al decir que no le importa, que es su trabajo, que es un soldado y que tiene que obedecer, pero también estaría mintiendo si pensara que es lo que más le ocupa la mente, pues en el corazón de cada gran hombre siempre hay una gran mujer. Irónicamente, lucha por el pueblo que la ha condenado a la esclavitud, pero el amor no entiende de razas ni de posiciones sociales. Orgullo, valentía y honor, ojala su rey fuera así, pero no. El máximo dirigente del país le chantajea como quiere con la libertad de su amada, que acostumbrada a su vida de esclava ya se ha olvidado de todo, incluso de su propio derecho a vivir como una mujer libre. Más hecho pedazos que su armadura, está su corazón, pero el guerrero tiene un fuerte motivo por el que luchar, y sus esfuerzos pueden ser la salvación de la vida de ambos; lleva la carga de dos personas en un cuerpo que apenas se sostiene en pie.
Continuará...
-Sergi Bosch
miércoles, 16 de marzo de 2011
Porque un vídeo vale más que mil imágenes.
Aladdín:
Yo te quiero enseñar
un fantástico mundo,
ven princesa y deja a tu corazón soñar.
Yo te puedo mostrar
cosas maravillosas
ven princesa y dejate llevar
a un mundo ideal.
Un mundo ideal.
Un mundo en el que tú y yo
podamos decidir como vivir
sin nadie que lo impida.
Jasmín:
Un mundo ideal,
que nunca pude imaginar.
Dónde ya comprendí que junto a tí,
el mundo es un lugar para soñar.
Aladdín:
El mundo es un lugar para soñar.
Jasmín:
Fabulosa visión,
sentimiento divino.
Voy volando contigo
hacia un nuevo amanecer.
Un mundo ideal.
Aladdín:
Mira bien lo que hay.
Jasmín:
Allí mil cosas voy a ver.
Aladdín:
Conteniendo el aliento.
Jasmín:
Soy cómo un haz de luz, que lejos va y nunca más podrá volver atrás.
Aladdín:
Un mundo ideal
Jasmín:
Cada vuelta es sorpresa.
Aladdín:
Un horizonte a descubrir.
Jasmín:
Cada instante es un sueño.
Ambos:
Un mundo para tí, para los dos
llévame a dónde sueñes tú.
Aladdín:
Un mundo ideal.
Jasmín:
Un mundo ideal.
Aladdín:
Que compartir.
Jasmín:
Que compartir.
Aladdín:
Que alcanzar.
Jasmín:
Que contemplar.
Ambos:
Tú junto a mí.
lunes, 14 de marzo de 2011
Todo lo que deseo.
Todo lo que deseo...
Eres tú, besarte a la luz de las estrellas y recordarte que siempre serás bella. Recordarte que iluminas mi vida más que el Sol, que me haces respirar más que el aire, que me haces volar más que el viento, que me haces perderme más que unas olas traicioneras en el mar, que incendias mi ser y mi corazón más que el mismo fuego, que despistas en mi la chispa de vivir más que cualquier rayo.
Me gustaría poder convencerte de que el miedo que nos separa es la espada más afilada que jamás se ha forjado, me gustaría poder confirmarte que podemos hacer como que esa espada nunca ha existido. Pero ahora mismo no me haces volar, me haces naufragar en un mar a tu voluntad, y soy náufrago sin tu piedad. Soy náufrago por aguas peligrosas, por mil penas tormentosas, náufrago por el sentimiento que nos transmiten las rosas, por ignorar algunas pequeñas cosas. Y lo que te pido es la verdad, porque estoy perdido en un mundo de sensaciones, porque soy un albatros en un océano de confusiones. La luz de tu faro está apagada y no puedo evitar sentirme perdido, lucho por gritar desde el agua y que ahí, en tierra, me escuches. No obtengo tu respuesta, y siento como se me cae el peso del mundo una vez más. Un latido, vaya, parece que aún no está todo perdido, parece que tengo que seguir la voluntad de lo que mi corazón sin mi permiso ha decidido, llegar a tu corazón y hacerle despertar de su pesadilla a besos, porque yace en el suelo roto con un sentimiento aparentemente muerto, agotado en una súplica eterna llena de rezos. Quiero que te quede claro que mi amor es la cura, que nuestros besos serían la locura, y que en un ciclo infinito de felicidad acabaríamos perdiendo la cordura que nunca hemos poseído y que nunca nos ha caracterizado.
No me arrepiento de nada porque ahora te conozco por ser como soy y porque me ha pasado todo lo que en el pretérito está narrado, separado del presente en el que esto te escribo y separado a su vez del futuro en el que tal vez se junten nuestros latidos. No quiero que se vuelva a romper, no quiero verle en el suelo y sentir que no puedo más, no quiero volver a sentir la agonía de despertar cada día con el vacío de que te he perdido, de nuevo, no quiero ver a mi corazón arrastrarse por sobrevivir a una carga que le viene demasiado grande, no quiero otra cicatriz más que demuestre mi valentía por amar, no quiero tener que esperar más por un sentimiento mutuo que no sé cuando va a llegar. No es una amenaza, es una mentira que deseo que no acabe siendo cierta. Tú y yo, esa es mi verdad, tú y yo, ese es mi deseo y de mi corazón, mi voluntad.
-Sergi Bosch
Eres tú, besarte a la luz de las estrellas y recordarte que siempre serás bella. Recordarte que iluminas mi vida más que el Sol, que me haces respirar más que el aire, que me haces volar más que el viento, que me haces perderme más que unas olas traicioneras en el mar, que incendias mi ser y mi corazón más que el mismo fuego, que despistas en mi la chispa de vivir más que cualquier rayo.
Me gustaría poder convencerte de que el miedo que nos separa es la espada más afilada que jamás se ha forjado, me gustaría poder confirmarte que podemos hacer como que esa espada nunca ha existido. Pero ahora mismo no me haces volar, me haces naufragar en un mar a tu voluntad, y soy náufrago sin tu piedad. Soy náufrago por aguas peligrosas, por mil penas tormentosas, náufrago por el sentimiento que nos transmiten las rosas, por ignorar algunas pequeñas cosas. Y lo que te pido es la verdad, porque estoy perdido en un mundo de sensaciones, porque soy un albatros en un océano de confusiones. La luz de tu faro está apagada y no puedo evitar sentirme perdido, lucho por gritar desde el agua y que ahí, en tierra, me escuches. No obtengo tu respuesta, y siento como se me cae el peso del mundo una vez más. Un latido, vaya, parece que aún no está todo perdido, parece que tengo que seguir la voluntad de lo que mi corazón sin mi permiso ha decidido, llegar a tu corazón y hacerle despertar de su pesadilla a besos, porque yace en el suelo roto con un sentimiento aparentemente muerto, agotado en una súplica eterna llena de rezos. Quiero que te quede claro que mi amor es la cura, que nuestros besos serían la locura, y que en un ciclo infinito de felicidad acabaríamos perdiendo la cordura que nunca hemos poseído y que nunca nos ha caracterizado.
No me arrepiento de nada porque ahora te conozco por ser como soy y porque me ha pasado todo lo que en el pretérito está narrado, separado del presente en el que esto te escribo y separado a su vez del futuro en el que tal vez se junten nuestros latidos. No quiero que se vuelva a romper, no quiero verle en el suelo y sentir que no puedo más, no quiero volver a sentir la agonía de despertar cada día con el vacío de que te he perdido, de nuevo, no quiero ver a mi corazón arrastrarse por sobrevivir a una carga que le viene demasiado grande, no quiero otra cicatriz más que demuestre mi valentía por amar, no quiero tener que esperar más por un sentimiento mutuo que no sé cuando va a llegar. No es una amenaza, es una mentira que deseo que no acabe siendo cierta. Tú y yo, esa es mi verdad, tú y yo, ese es mi deseo y de mi corazón, mi voluntad.
-Sergi Bosch
Único.
Sólo se oye mi respiración y los latidos de mi cansado corazón. Acostumbrado a mi vida, ya ni me quejo. Me abrazo las rodillas y cierro los ojos, intentando ver algo real, con el fuerte deseo de descubrir algo que atraviese las mentiras, porque al final siempre lo que importa es la verdad, un concepto que cambia según qué puntos de vista. Siento que resistir ya es rutina, que las diferencias que me bendicen como único me condenan como... diferente. ¿Envidia? ¿Odio? Son las posibles razones que procesa mi ser, y tengo que reconocer, por mucho que me pese, que quizás es algo que nunca llegue a saber.
Recordando una lección ya olvidada, me levanto y sigo caminando. Con ojo crítico me voy dando cuenta de que todos son clones, pero que poseen un atisbo de autenticidad escondido, miedo a ser como realmente son, se comportan siguiendo un patrón común.
Poco a poco voy dejando la ciudad, aunque apenas he caminado. Cuando me quiero dar cuenta, estoy al borde de un acantilado, con el mar gris a sólo unos pasos y el horizonte en el infinito, pero no estoy sólo, me acompaña gente como yo, gente auténtica, con sus defectos y sus virtudes.
De pronto volvemos a estar en la misma hierba, tumbados. Toda carga se hace más llevadera cuando tienes amigos que te ayudan a recogerla cuando cae, todo momento feliz es mayor en compañía. Es en ese momento, cuando miro a esa persona tan especial a los ojos y ella me devuelve la mirada, no hace falta decir nada, ambos sabemos ahora que la espada más afilada es el miedo.
-Sergi Bosch
Recordando una lección ya olvidada, me levanto y sigo caminando. Con ojo crítico me voy dando cuenta de que todos son clones, pero que poseen un atisbo de autenticidad escondido, miedo a ser como realmente son, se comportan siguiendo un patrón común.
Poco a poco voy dejando la ciudad, aunque apenas he caminado. Cuando me quiero dar cuenta, estoy al borde de un acantilado, con el mar gris a sólo unos pasos y el horizonte en el infinito, pero no estoy sólo, me acompaña gente como yo, gente auténtica, con sus defectos y sus virtudes.
De pronto volvemos a estar en la misma hierba, tumbados. Toda carga se hace más llevadera cuando tienes amigos que te ayudan a recogerla cuando cae, todo momento feliz es mayor en compañía. Es en ese momento, cuando miro a esa persona tan especial a los ojos y ella me devuelve la mirada, no hace falta decir nada, ambos sabemos ahora que la espada más afilada es el miedo.
-Sergi Bosch
viernes, 11 de marzo de 2011
Sin control.
Sin frenos en la carretera de la perdición,
sin control en una vida de confusión.
A veces, sólo a veces, me pregunto el valor
de lo que espero y el precio de mi espera.
La vida me ignora y por mi no llora,
¿ésto es amor de antes o de ahora?.
-Sergi Bosch
sin control en una vida de confusión.
A veces, sólo a veces, me pregunto el valor
de lo que espero y el precio de mi espera.
La vida me ignora y por mi no llora,
¿ésto es amor de antes o de ahora?.
-Sergi Bosch
martes, 8 de marzo de 2011
Sangre y Veneno: Las promesas.
El muñeco despierta, abre lentamente los ojos y se toma unos momentos para observar donde está. Se sienta y gira la cabeza a ambos lados, algo confuso porque sólo consigue ver una extensión plana de hierba y rosas que se funde con el horizonte. Desde el centro de su corazón se forma el calor, las heridas están curándose y le invade una sensación de extrema felicidad. Se sorprende sonriendo, pues no recordaba haber nacido con labios. El veneno ha desaparecido en su mayoría, se salva una gota en la grieta más profunda de su corazón, esperando a su momento. El calor también se proyecta desde atrás y golpea su espalda con delicadeza. Vuelve la vista hacia su espalda y su corazón enloquece, palpitando amor y transmitiendo pasión y ternura en su sangre, pues la muñeca de la sonrisa perfecta le mira como si él fuera su mundo, su única estrella en un manto nocturno cubierto. No hace falta decir nada que ambos corazones no estén diciendo ya, pues se oye cada latido con un eco imposible para tratarse de un lugar abierto. El muñeco la mira a los ojos y observa el infinito y la eternidad, siente que sus sueños están al alcance de su mano. Una bonita promesa ilumina sus sentimientos. Algo les atrae, se acercan poco a poco hasta que juntan sus labios en un delicado beso, ambos sienten la sonrisa y el alivio del otro, parece que por fin han encontrado lo que tanto tiempo llevaban buscando, aunque no se puede decir que los errores fueran en vano, porque les han hecho ser lo que son ahora, son exploradores de mil amores y mil fracasos.
Desconoce el paso del tiempo, pero se alejan un poco y siente aún la tentación casi inevitable de la necesidad de besarla. La muñeca le agarra fuerte de la mano y lo conduce a la nada, pues allí no hay nada más que hierba. Al muñeco no le importa, porque sabe que él sera feliz en cualquier lugar si ella está a su lado. Son opuestos e iguales al mismo tiempo. Una voz muy dulce le susurra al oído que cierre los ojos y el muñeco, emocionado, hace caso. Al cabo de unos segundos la misma voz le pide que los abra, que tiene algo para él. Impresionado, mira ahora a un paisaje completamente distinto, es un bosque, una cascada y un camino de altas rosas. Empiezan a caminar juntos de la mano y ambos extienden la mano libre para acariciar cada rosa. Su tacto es suave, tierno y cargado de esperanzas. Progresivamente, el muñeco nota más asperas las flores, y hace como que lo ignora, aunque no consigue quitárselo de la cabeza, hasta que inexplicablemente, una le provoca una herida en la mano, que no para de sangrar. El rojo de los pétalos es cada vez más oscuro. Y aunque saben que se están haciendo daño, siguen avanzando sin disculparse. Los cortes le llegan ya al torso, siente que poco a poco muere, e irónicamente se intenta curar aunque sabe que ya no servirá de nada. Las flores, ahora teñidas de negro representan pesadillas diferentes cada una, pero con un sentido común; la pérdida. El bosque, que en un principio les llenaba de serenidad ahora les llena de desesperación.
El crepúsculo no deja que caiga la noche y el agua de la cascada, transparente y pura antaño, ahora posee un color rojo muy intenso y oscuro. Cada paso es agonía, los latidos que susurraban antes amor y pasión, ahora son débiles y cargados de melancolía, susurran rencor. Poco a poco las manos se separan, ahora sienten la necesidad de alejarse. A punto de morir, un sólo paso les separa de una tumba de lirios. Se miran a los ojos y las promesas yacen rotas por el camino que han dejado atrás, están cargados de rencor, pero coinciden en que es inevitable dar el paso final. Avanzan el último metro y ambos caen al suelo cubierto de lirios.
Consciente de su letargo, el muñeco acaba despertando en una ciudad destruída y sombría, con la luna roja y completamente muerta. Siente que no está vivo, al mismo tiempo que percibe que todo ésto le es familiar. Sin más motivos que huir de sus miedos, comienza a andar.
-Sergi Bosch
Desconoce el paso del tiempo, pero se alejan un poco y siente aún la tentación casi inevitable de la necesidad de besarla. La muñeca le agarra fuerte de la mano y lo conduce a la nada, pues allí no hay nada más que hierba. Al muñeco no le importa, porque sabe que él sera feliz en cualquier lugar si ella está a su lado. Son opuestos e iguales al mismo tiempo. Una voz muy dulce le susurra al oído que cierre los ojos y el muñeco, emocionado, hace caso. Al cabo de unos segundos la misma voz le pide que los abra, que tiene algo para él. Impresionado, mira ahora a un paisaje completamente distinto, es un bosque, una cascada y un camino de altas rosas. Empiezan a caminar juntos de la mano y ambos extienden la mano libre para acariciar cada rosa. Su tacto es suave, tierno y cargado de esperanzas. Progresivamente, el muñeco nota más asperas las flores, y hace como que lo ignora, aunque no consigue quitárselo de la cabeza, hasta que inexplicablemente, una le provoca una herida en la mano, que no para de sangrar. El rojo de los pétalos es cada vez más oscuro. Y aunque saben que se están haciendo daño, siguen avanzando sin disculparse. Los cortes le llegan ya al torso, siente que poco a poco muere, e irónicamente se intenta curar aunque sabe que ya no servirá de nada. Las flores, ahora teñidas de negro representan pesadillas diferentes cada una, pero con un sentido común; la pérdida. El bosque, que en un principio les llenaba de serenidad ahora les llena de desesperación.
El crepúsculo no deja que caiga la noche y el agua de la cascada, transparente y pura antaño, ahora posee un color rojo muy intenso y oscuro. Cada paso es agonía, los latidos que susurraban antes amor y pasión, ahora son débiles y cargados de melancolía, susurran rencor. Poco a poco las manos se separan, ahora sienten la necesidad de alejarse. A punto de morir, un sólo paso les separa de una tumba de lirios. Se miran a los ojos y las promesas yacen rotas por el camino que han dejado atrás, están cargados de rencor, pero coinciden en que es inevitable dar el paso final. Avanzan el último metro y ambos caen al suelo cubierto de lirios.
Consciente de su letargo, el muñeco acaba despertando en una ciudad destruída y sombría, con la luna roja y completamente muerta. Siente que no está vivo, al mismo tiempo que percibe que todo ésto le es familiar. Sin más motivos que huir de sus miedos, comienza a andar.
-Sergi Bosch
domingo, 6 de marzo de 2011
Delirios de tiempos mejores.
Observo al cielo como si fuera un espejo; busco una respuesta. No creo en Dios pero creo en mí mismo. Circunstancias recientes que se manifiestan como unas balas hacen morir a la causa por la que lucho, busco respuestas en un mundo de preguntas. El frío que ahora mismo siento no sólo tiene su origen en el exterior, es autodefensa, ante un error que sólo me traerá dolor, una densa capa de hielo cubrirá mi corazón. Es contradictorio que no cese de autodestruirse para volver a recomponerse, es un hecho que ignora mis principios. Ahora mismo no puedo luchar con ellos y la confusión se expande cuando me pregunto si es porque realmente no quiero.
Y mientras me sereno rogando respuestas, los vestigios de mi determinación renacen, la huella de mis acciones permanece; es una chispa en un camino de pólvora. Si el miedo a perder me impide ganar, es algo que llevo en lo más interno de mi. La vida me demuestra que continúa impasible con o sin mi melancolía. El valor de vivir es un significado incompleto si no consigues que cada segundo cuente, el miedo a arriesgarte es lo que te impide ser feliz. Lo maravilloso de la vida es que todo tiene un final, un adiós, que hace más emocionante el poder saludar a tus sueños y abrazar a tus deseos, pues cada segundo nos acerca más a nuestra hora de expirar y los buenos momentos son los que a la tumba nos vamos a llevar.
El miedo nos controla, nos tiene prisioneros. Miedo al qué dirán, miedo al qué pensarán, miedo a qué pasará... es algo que para eliminar, primero hay que saber vivir con ello, hay que aprender a cargarlo a la espalda y en vez de pedir una carga ligera, pedir una espalda fuerte, pues la felicidad está en vivir la vida tal y como eres y no como quieren que seas.
-Sergi Bosch
Y mientras me sereno rogando respuestas, los vestigios de mi determinación renacen, la huella de mis acciones permanece; es una chispa en un camino de pólvora. Si el miedo a perder me impide ganar, es algo que llevo en lo más interno de mi. La vida me demuestra que continúa impasible con o sin mi melancolía. El valor de vivir es un significado incompleto si no consigues que cada segundo cuente, el miedo a arriesgarte es lo que te impide ser feliz. Lo maravilloso de la vida es que todo tiene un final, un adiós, que hace más emocionante el poder saludar a tus sueños y abrazar a tus deseos, pues cada segundo nos acerca más a nuestra hora de expirar y los buenos momentos son los que a la tumba nos vamos a llevar.
El miedo nos controla, nos tiene prisioneros. Miedo al qué dirán, miedo al qué pensarán, miedo a qué pasará... es algo que para eliminar, primero hay que saber vivir con ello, hay que aprender a cargarlo a la espalda y en vez de pedir una carga ligera, pedir una espalda fuerte, pues la felicidad está en vivir la vida tal y como eres y no como quieren que seas.
-Sergi Bosch
Sangre y veneno.
Una noche interminable, sin nubes, con estrellas que se queman en su lejanía y que se acercan y alejan a placer de una fuerza desconocida. No hay señales de vida, es una urbe que probablemente hace tiempo, fué la cumbre de alguna civilización. El muñeco es lo único que se mueve, camina en en el asfalto irregular, lleno de grietas e irregularidades. Los edificios, idénticos todos, proyectan una sombra infinita en el único camino practicable. Todo cuanto le rodea es el retrato de una ciudad muerta, pero no le importa. Sólo se cuestiona el sentido de su vida. Siente un vacío en su pecho, de ahí de donde vienen los latidos, sabe lo que está viviendo porque ya lo ha vivido, sabe lo que va a pasar y lo desconoce al mismo tiempo, está vivo y muerto a cada instante, es una existencia compartida entre dos sentimientos opuestos. A cada paso que da, sabe que está mas cerca del principio, pero poco puede hacer, porque andar es lo único que conoce con seguridad. Cada vez que sus pies tocan el suelo, una visión le ocupa completamente la mente, son almas que han cruzado su vida. El muñeco no se detiene, porque cada imagen es algo que ya ha visto. La luna, teñida de rojo, confirma la existencia de un mundo que no existe, un mundo donde todo comienza y acaba al mismo tiempo. Sería un error decir que avanza por libertad, pues camina porque es esclavo de sus temores. A medida que se va acercando a lo que intuye que es el final, olvida todo lo que ha visto hasta ahora, en éste momento, todo carece de importancia, siente el impacto de algo más fuerte, de algo más necesario, que le hace ver que el resto es insignificante. Siente que el centro de sus latidos se está rompiendo, pero no se detiene hasta que ya es imposible negar que la grieta ha roto su corazón en dos. "Si está roto, ¿por qué sigue latiendo?" se pregunta y vuelve a retomar su camino. La lucha interna cobra fuerza, se halla dividido entre dos sentimientos que eclipsan el resto de sensaciones, mientras un dulce veneno le corrompe desde dentro y se expande por sus venas, tornandose ahora de color negro. La angustia se convierte en su realidad, quiere volar, pero sabe que no ha nacido para eso, pero no está dispuesto a ceder, no quiere abandonar, apreta la marcha y echa a correr tan rápido como quiere, evitando una tentación para caer en otra. Ya sabe que es lo que pasa cuando se queda quieto en el final del sendero, que sea rápido es su único deseo, pero renace un sentimiento muerto, siente como un alma le sonríe, haciéndole ver que la angustia es el pasado y la sonrisa el presente. Se materializa una puerta, el muñeco tiene miedo de abrirla y también tiene miedo de dejarla cerrada, pero la sonrisa, que ya es un recuerdo del pasado reciente le lleva a abrirla y a entrar. Se siente limpio, se ha liberado del veneno, de la angustia, y ahora empieza de cero. Ignora que una nota de ese corrupto veneno sobrevive, que en la otra realidad, se arrastra hasta el principio del trayecto, porque sabe que el muñeco volverá.
-Sergi Bosch
-Sergi Bosch
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