Ignorante es el que lleva al destierro,
por miedo, al amor sincero.
Ignorante es el que respira por respirar,
en vez de cada día darse una razón a uno mismo
para no abandonar.
Ignorante es el que se deja llevar por la corriente,
asumiendo que no puede nadar tan fuerte como para salir del mar.
Ignorante es aquel que mira una hoja caer, y después otra, y después otra,
y no se da cuenta de que era su tiempo que se iba para no volver.
Ignorante es el que sigue sin más su camino,
el que nunca abandona su sendero,
el que se pierde en el quiero y no puedo,
el que no desafía al destino.
Ignorante es el que da por hecho lo incierto,
el que nace y cree que aún no ha muerto.