Y mirar hacia atrás un momento,
recordar aventuras y vivencias
tomarse un instante...
para recaer en el tiempo.
Sólo unos segundos para mirar tu cuerpo,
sólo unos segundos para ver tus heridas,
caer y comprender que nada es eterno.
Alzar la mano y acariciar cicatrices,
marcas que te recuerdan tu voluntad,
que te transportan a momentos no tan felices.
Aprovechas la ocasión de no olvidar,
de evocar otra vez tu debilidad.
Y por ahora y siempre, entiendes...
que pese a todo sigues de una pieza,
que tus heridas son la prueba de tu fuerza.
Porque aún con todo sigues vivo,
sigues avanzando en tu camino,
sigues ignorando el destino.
-Sergi Bosch